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Carta abierta

Dr. Asensio López Santiago Vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, (SEMFYC)

Querida lectora:
Si hacemos caso de las estadísticas sobre el consumo de tabaco, lo más probable es que no figures entre
ellas porque todavía hay, entre las mujeres, “pocas” fumadoras en comparación con los hombres. Las
encuestas señalan que más del 60% de las mujeres españolas nunca han consumido tabaco. En cualquier caso, te invito a dar un “amable” pero no complaciente paseo por algunas de las particularidades que acompañan esta adicción tan generalizada.

Para empezar te daré una cifra que resulta bastante llamativa: en España en torno a 10 millones de personas mayores de 18 años fuman. De ellas, un 27% son mujeres, es decir, sois, cerca de 3 millones de mujeres las que consumís tabaco a diario.

Para que como fumadora entiendas mejor el poder del tabaco conviene que no abandonemos aún las cifras. Las encuestas nos informan de que el 90% de los fumadores conocen y se creen los riesgos que conlleva fumar; también nos dicen que 7 de cada 10 fumadores asegura que tiene firme decisión de dejar de fumar en las próximas semanas o meses. Sin embargo la realidad es otra: lo que vemos los médicos de familia en los centros de salud e que a lo largo de un año no es más que de un 7% el porcentaje de fumadores que realmente realiza un intento serio de abandono del tabaco.

Como ves todo lo relatado hasta aquí parece bastante paradójico. Cabe plantearnos qué es lo que realmente sucede con el tabaco, o por qué los fumadores, a pesar de tener una información completa sobre sus riesgos, continúan fumando. Es una muestra clara del poder de la nicotina para generar una preocupante adicción entre los fumadores.

Las consecuencias del consumo de tabaco para la salud van mucho más allá y están relacionadas con algunas de las cerca de 4.000 sustancias químicas que inhalamos cuando introducimos en nuestro organismo el humo de los cigarrillos. Estas sustancias provocan alteraciones en las células de nuestro cuerpo, y al cabo de varios años de consumir tabaco, los fumadores pueden desarrollar enfermedades relacionadas con dichas alteraciones.

Permíteme que ponga sobre la mesa unas cuantas cifras más, las últimas: cada año se podría evitar en nuestro país la muerte de más de 55.000 personas (7.000 de ellas, mujeres, simplemente si el tabaco desapareciera de la faz de la tierra. Cerca de un 22% de los fallecimientos que se producen anualmente en España son consecuencia del tabaco, y esto es así porque esta adicción está detrás de numerosos problemas de salud. Tal es así que es directa su relación con el aumento de tumores malignos, en especial del aparato respiratorio, la aparición de las enfermedades cardiovasculares (...) y de un mayor número de enfermedades de un mayor número de enfermedades del aparato respiratorio (...).

Además conviene que sepas que en las mujeres el tabaco aumenta el riesgo de enfermedades propias como la osteoporosis, la infertilidad, complicaciones durante el embarazo o riesgo de trombosis al mezclar los anticonceptivos con el tabaco. Sin olvidar la aparición de otras molestias como el deterioro de la piel, el mal aliento o la decoloración de los dientes y los dedos de las manos a causa de la nicotina.(...)

Por último, me voy a permitir proponerte algunas recomendaciones: para empezar animarte a que te marques pronto el día a partir del cual abandonarás el tabaco. Puedes solicitar apoyo en el centro de salud si crees que no podrás conseguirlo tú sola. Si estuvieras en ello, felicitarte entonces por tu arrojo y decisión, y recordarte que el éxito radica en mantener tu determinación de no encender ni un solo cigarrillo. Además, cuando lo consigas estarás en condiciones de ofrecer tu apoyo y comprensión a los fumadores que te rodean, comprensión que debes hacer compatible con tu derecho, como no fumadora, a un espacio libre de humos. De esta forma protegerás tu salud y contribuirás a que los fumadores abandonen el tabaco.

Gente Vital, nº4, 2005, Carta abierta